Zambombas para una Navidad muy flamenca

Publicado el 13 diciembre 2024

Llega diciembre con su frío y sus dulces. Con las luces y la calidez de los hogares. Con abrazos y risas esperadas durante largo tiempo. Es todo eso y más, porque llega la Navidad. Una fecha muy alegre con un claro sentimiento familiar, ingredientes principales de una buena fiesta flamenca, ¿no? Por eso el arte jondo no falta a su cita y desde tiempos inmemoriales ha formado parte de la Navidad en muchos pueblos. Hoy en día las zambombas aglutinan ese pellizco navideño. Venga, que te damos un paseo con mucho compás.

 

Empecemos por el principio, su origen, como no puede ser de otra forma. Y claro, como suele ser habitual, el origen de una tradición popular no está nada claro. Sí se sabe, por razones obvias, que llamar zambomba a la fiesta flamenca navideña se hace por el instrumento principal con el que se ameniza la reunión.

De forma más o menos consensuada, las zambombas andaluzas con un estilo tal y como las conocemos actualmente parece que nacen en torno al siglo XVIII en Cádiz, de forma más concreta en zonas de Arcos y Jerez de la Frontera. Por aquel entonces los bulliciosos patios de vecinos y corrales servían de escenario para que todos se unieran luchando contra el frío de la época alrededor del calorcito de las hogueras y de las cocinas que no paraban de hacer dulces para los presentes. Y para amenizar la espera, nada mejor que un buen cante y un buen baile.

Con el paso del tiempo, en Jerez, una de las cunas del flamenco, los compases de la zambomba se fueron aflamencando. En los años 30 fueron muchos los artistas que empezaron a versionar villancicos populares con toques flamencos. Por otro lado, en Arcos de la Frontera se conserva un estilo más cercano al del siglo XVIII con romances donde el flamenco desaparece por momentos.

Es una de las pocas celebraciones populares que mantienen un repertorio que abarca desde romances moriscos hasta coplas octosilábicas sueltas, según explica Belén Moreno Gil (Universidad Internacional de Andalucía).

 

 

«Desde Artes Escénicas Rebollar te animamos a disfrutar de una Navidad muy flamenca con el sonido de las zambombas junto a un buen cante y un buen baile. Acompáñalo de dulces tradicionales como los pestiños y saca el duende que llevas dentro. Y si te apetece, ven a nuestra academia de flamenco en Sevilla, cogemos la guitarra y empecemos a cantar villancicos»

 

 

Como se ha dicho anteriormente, el nombre se toma de la zambomba como instrumento. Este es originario del Congo y apareció en Andalucía allá por el siglo XV. Se trata de instrumento de percusión que consta de un cuerpo cilíndrico y un parche de piel de cabra o plástico en un extremo. Para tocar la zambomba, se golpea el parche con las manos (que tienen que estar húmedas) o con palos.

Ese cuerpo de la zambomba es, generalmente, el barro, y la hay más pequeña y más grande, dando sonidos más agudos o graves, respectivamente. Junto a la zambomba también aparecen otros instrumentos como el almirez, la pandereta, la sonaja o la popular botella de anís, que, gracias a sus estrías, tiene un característico sonido.

Pero esta fiesta tan afamada no siempre ha tenido tan buena salud como en la actualidad. En los años 60 y 70 del siglo XX se produjo un masivo abandono de las zonas rurales y con este, las zambombas tendieron a desaparecer. Sin embargo, en 1982 se producto un hito importante: el primer disco de la colección Así canta nuestra tierra en Navidad, promovido por la Caja de Ahorros de Jerez, y protagonizado por el Coro de la Cátedra de Flamencología.

Hasta el año 2011 cada año fue saliendo un disco de Así canta nuestra tierra en Navidad con Parrilla de Jerez como uno de sus principales precursores. Discos donde aparecían voces como la de Terremoto, Juan Villar, Rocío Jurado o Carmen Linares, entre otros.

Desde Artes Escénicas Rebollar te animamos a disfrutar de una Navidad muy flamenca con el sonido de las zambombas junto a un buen cante y un buen baile. Acompáñalo de dulces tradicionales como los pestiños y saca el duende que llevas dentro. Y si te apetece, ven a nuestra academia de flamenco en Sevilla, cogemos la guitarra y empecemos a cantar villancicos.

 

 

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