Llega la Semana Santa y pocas cosas hay más flamencas que una buena saeta en estas fechas. Y es que es complicado hablar de esta semana con tanta pasión sin hacerlo de este canto tradicional fuertemente arraigado en Andalucía, pero también con fuerte presencia en Castilla-La Mancha y Murcia.
La palabra saeta viene del latín sagitta. Es un término que significa flecha. Sumamente poético, sin duda, porque tiene la capacidad de tocar el alma de los que la escuchan de forma directa y punzante. Sus raíces, como en la mayoría de los casos, son complicadas de precisar. No obstante, parece que su origen radica en los cantos religiosos de la Edad Media, que fueron evolucionando con el tiempo.
Hay otros expertos que sitúan su raíz en el mundo árabe. De forma más concreta en las llamadas a la oración de los almuédanos de las mezquitas andalusíes complementada por cantos judíos (salmodias sefardíes) y estructuradas por los cantos procesionales cristianos de los misioneros franciscanos en los siglos XVI y XVII.
Actualmente las saetas son en su mayoría flamencas, sobre todo por seguiriyas y las carceleras. Sin embargo, no siempre fue así. En sus orígenes eran obras más cortas y sobrias, con mucho menos ritmo.
El flamenco llega a las saetas en el siglo XIX, sobre todo en Andalucía, donde la Semana Santa adquiere una gran popularidad y una gran importancia tanto cultural como religiosa. En estos tiempos la saeta se acopló al cante flamenco fusionando la devoción de la religión con la intensidad emocional del flamenco.
Para definir lo que son las saetas nada mejor que parafrasear al ilustre poeta Antonio Machado. «Cancioncillas que tienen por principal objeto traer a la memoria del pueblo, especialmente en los días del Jueves y Viernes Santos, algunos pasajes de la pasión y muerte de Jesucristo (…) Coplas disparadas a modo de flechazos contra el empedernido corazón de los fieles», citaba Machado.
«Desde Artes Escénicas Rebollar nos declaramos unos enamorados de la saeta flamenca. Un canto mu’ de aquí, que no puede tener más pellizco y jondura. Canto solemne, que crea una atmósfera única en la Semana Santa»
Si analizamos la saeta nos encontramos con una estructura bastante libre y un tono sumamente solemne. Esto la diferencia mucho de otros palos flamencos, que tienen un compás rítmico más estricto. Por otro lado, la saeta se interpreta a cappella, sin acompañamiento musical. La interpretación suele ser dramática utilizando melismas y ornamentaciones vocales que enfatizan la angustia y la devoción.
En cuanto a la letra nos encontramos con un fuerte componente religioso. A menudo son poéticas y simbólicas, rindiendo homenaje a las imágenes que procesionan.
Son muchos los cantaores y cantaoras que han sido excelentes intérpretes de saetas. Por citar algunos ejemplos, aunque hay muchos, están Antonio Mairena, conocido por sus saetas profundas y emotivas; la Niña de los Peines, con una poderosa voz y un nivel de expresión emocional superlativo; José Mercé, más contemporáneo y muy popular; o el mismísimo Camarón de la Isla, que también dejó su huella saetera en la historia.
Precisamente Marchena es uno de los enclaves donde la saeta causa más fervor. Este municipio sevillano cuenta con algunos estilos propios de las saetas: quintas, sextas, cuartas de nuestro Padre Jesús Nazareno, molleras o las del Dulce Nombre de Jesús.
Además de Marchena hay otras localidades donde se cultiva aún la saeta primitiva. Algunos ejemplos son la saeta de la vía sacra de Castro del Río, las saetas cuarteleras de Puente Genil, las saetas de santería de Lucena, las saetas del prendimiento, saeta llana o saeta antigua de Cabra, o las sátiras de Loja. En la ciudad extremeña de Cáceres también se está recuperando la saeta primigenia propia de la localidad, denominada saeta cacereña.
Desde Artes Escénicas Rebollar nos declaramos unos enamorados de la saeta flamenca. Un canto mu’ de aquí, que no puede tener más pellizco y jondura. Canto solemne, que crea una atmósfera única en la Semana Santa. Si te apasiona el arte flamenco y las saetas, ven a Artes Escénicas Rebollar, tu academia de arte flamenco en Sevilla.