Mesa sobre cocina flamenca en el Festival Maridarte. Foto: perezventana

Los flamencos también comen

Publicado el 13 octubre 2025

Quién lo diría, pero los flamencos comen. ¡Como todo el mundo! Y es que además de toque, baile y cante, hay un instrumento que se les da de escándalo a los artistas: la cuchara. En la pasada edición del festival Maridarte, que une gastronomía y arte en la ciudad de Sevilla, Eduardo Rebollar y Yolanda Lorenzo, los mandamases de Artes Escénicas Rebollar, fueron protagonistas de una mesa redonda titulada Los flamencos también comen.

Fue un encuentro memorable, que fusionó la historia del flamenco con el anecdotario culinario de sus protagonistas. Se celebró en el Hotel Convento La Gloria y la tertulia estuvo magistralmente moderada por el reconocido flamencólogo Manuel Bohórquez. El acto reunió a un elenco de figuras esenciales del flamenco –Ana María Bueno, Antonio Moya, Carmen Ledesma, Eduardo Rebollar y Yolanda Lorenzo– y de la investigación –Fernando González-Caballos–, con el objetivo de arrojar luz sobre la existencia de una cocina flamenca o gitana, más allá del tópico.

La bailaora Yolanda Lorenzo y el guitarrista Eduardo Rebollar destacaron no solo por su conocimiento del arte jondo, sino por compartir hilarantes y emotivas anécdotas que demuestran la íntima relación entre el flamenco, la comida y la vida de gira.

 

«Este encuentro en Maridarte reafirmó que la vida flamenca, con sus excesos y carencias, se narra tanto con el sonido de la guitarra y el zapateado como a través del sabor de sus pucheros»

 

 

El arroz y las crónicas de la carretera

Carmen Ledesma, figura destacada de la escuela sevillana de baile, aportó una visión del flamenco que se cuece en casa, ligada a la generosidad y la espontaneidad. La bailaora relató cómo la gastronomía se convierte en el epicentro de la vida artística en su propio barrio.

Ledesma compartió que vive en la misma calle que la Peña Torres Macarena. Cuando los jóvenes artistas salen de la peña, es habitual que acudan a su casa. Para solventar estas visitas improvisadas, por eso siempre tiene un preparado congelado para hacer un arroz rápido. Mientras los niños «se comen un poquito de chorizo, una ensaladita…», ella hace el arroz. Para ella, este proceso, donde tras la comida «se canta y se baila» es la esencia misma del flamenco. Además, comentó con orgullo cómo involucra a sus nietas en la cocina, enseñándoles a hacer albóndigas o a echar la zanahoria al puchero.

Por otro lado, la bailaora hizo hincapié en la dureza de las giras, señalando que la comida era la gran protagonista de los trayectos. Recordó el hambre que pasaban en la carretera en rutas largas, como de Sevilla a Ávila y de Ávila a Almería, donde los artistas se sabían de memoria las ventas que merecían la pena, como si fueran coordenadas vitales.

Respecto a sus gustos, la artista se definió como alguien de paladar más «delicado», sin ser fan de los platos con mucha grasa, y se declaró amante absoluta del gazpacho. Aclaró que lo prepara sin pan, aunque le añade pan sopeado después, para acompañar el aceite de oliva y el huevo duro.

 

«Si tienes hambre, pero hambre de conocer, aprender y disfrutar del flamenco, vente a Artes Escénicas Rebollar. Estamos en Sevilla, cerquita de ti. Haz del arte jondo tu pasión con nosotros»

 

Mesa sobre cocina flamenca en el Festival Maridarte. Foto: perezventana
Las bailaoras Yolanda Lorenzo, Ana María Bueno y Carmen Ledesma. Mesa sobre cocina flamenca en el Festival Maridarte. Hotel Convento La Gloria, Sevilla. Foto: perezventana

 

De la paella de urgencia al frigorífico de la dieta

El guitarrista Eduardo Rebollar reveló su filosofía vital y culinaria, centrada en la intensidad y el disfrute, aunque ahora en un contexto de autocuidado.

Rebollar demostró que para los flamencos, la comida supera incluso al arte al finalizar un trabajo. Contó que, al regresar de una actuación, siempre prioriza subir la comida del coche, antes que el portatrajes o la guitarra, ya que la comida «no se queda» en el maletero.

Antonio Moya narró una de las anécdotas más celebradas de la jornada sobre Eduardo. Rebollar, en un momento de bravuconería, se jactó ante Pedro Bacán y su familia de ser un gran paellero” aprendiendo de un supuesto tío en Valencia. Puesto en el aprieto de tener que cocinarla, tuvo que llamar a su tío en secreto desde una cabina telefónica para que le dictara la receta. Milagrosamente, y entre sudores y rezos, la paella salió «de escándalo», aunque ya eran las cinco de la tarde.

Tanto Rebollar como Lorenzo contribuyeron activamente a la degustación final. Eduardo llevó su especialidad de Cuaresma, un delicioso bacalao con tomate. Yolanda ayudó a preparar las Torrijitas para el postre y mencionó su disfrute de la sopa de tomate servida en el evento.

Este encuentro en Maridarte reafirmó que la vida flamenca, con sus excesos y carencias, se narra tanto con el sonido de la guitarra y el zapateado como a través del sabor de sus pucheros.

Si tienes hambre, pero hambre de conocer, aprender y disfrutar del flamenco, vente a Artes Escénicas Rebollar. Estamos en Sevilla, cerquita de ti. Haz del arte jondo tu pasión con nosotros.

 

Mesa sobre cocina flamenca en el Festival Maridarte. Foto: perezventana
Eduardo Rebollar y Yolanda Lorenzo, con Carmen Ledesma, Manuel Bohórquez y las gestoras del Hotel Convento La Gloria. Mesa sobre cocina flamenca en el Festival Maridarte. Foto: perezventana

 

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