Los palos del flamenco: datos básicos

Publicado el 19 septiembre 2022

Es comprensible llegar a pensar cuando escuchas o ves flamenco en directo por primera vez que el artista no sigue unas pautas. Que improvisa. Y si bien, a veces hay algo de improvisación, también hay mucha técnica y teoría. El flamenco es pasión, pero una pasión bien medida y comprendida. Esto es así gracias a los palos, que sirven de guía. No dejes de leer, que vamos a desgranar un poquito más el tema.

Empezando por el principio, como no puede ser de otra forma, vamos a ver qué es un palo flamenco. Se denomina palo a cada uno de los estilos del cante. Con esta nomenclatura se hace referencia a las diferentes modalidades que existen. Se pueden clasificar por su métrica, por su procedencia o a veces por su acompañamiento. Por norma general tienen una estructura fija y otra variable. Con la parte fija los artistas sobre el escenario pueden ir al compás, mientras que con la variable nos referimos a la improvisación.

Una duda habitual es pensar en cuántos palos existen, una cuestión difícil de resolver dadas la multitud de variantes. Incluso muchos expertos no se ponen de acuerdo. Hay quienes dicen que el tango deriva de la soleá y otros lo ponen como algo distinto. Y hay quienes ponen la zambra dentro del subgrupo de los tangos y otros la dejan fuera. Pese a que dar una cifra con exactitud no es fácil, al menos se conocen un centenar de palos diferentes. Eso sí, los más conocidos son los que acompañan al baile.

«El flamenco es pasión, pero una pasión bien medida y comprendida. Hay mucha técnica y teoría. Esto es así gracias a los palos, que sirven de guía»

No hay que preocuparse. Existen trucos para diferenciar los palos, y el principio pasa por conocerlos, claro. ¡Hay que estudiar un poquito! Para diferenciarlos debes fijarte en varias cosas. En primer lugar, en el compás –suele ser de doce o de cuatro tiempos– y en sus acentos. En segundo, en el tono y en la melodía de la guitarra. Finalmente en la temática de las letras: tristeza, alegría o si alude a un personaje popular, por ejemplo.

Mención especial merece el fandango, o lo que es lo mismo, el primer palo conocido en el flamenco. Ya se hablaba de él en el siglo XVII y desde entonces ha sufrido una evolución enorme. De él han nacido otros palos como las malagueñas, la granaína, el taranto o las jaberas. ¿Su origen? No exento de misterio. Te puede trasladar al fado lisboeta y se aprecian también tintes árabes. Algunos dicen que viene de un baile romano. En la actualidad, sin lugar a dudas, Huelva es su gran capital y desde 2010 es Bien de Interés Cultural (BIC).

La soleá también goza de mucha importancia. Sin ser el más antiguo, es quizá el que mejor ha conservado la pureza del arte jondo gracias a su tonalidad, a su melodía y a su compás, mezcla de un 6/8 y un 3/4. Sin olvidar sus letras, cargadas de sentimiento y de emoción.

El contrapunto de la soleá es la alegría. Su estilo alegre y ligero te lleva de forma inequívoca al baile. Pertenece al género de las cantiñas. Seguimos con las bulerías, el palo festero por excelencia. Posiblemente no te encuentres un fin de fiesta sin que haya una bulería de por medio y es que el alboroto y la algarabía son su sello de identidad. Su compás es parecido al de la soleá, aunque más ágil. Luego están las bulerías por soleás, con algo más de pausa.

«En Artes Escénicas Rebollar llevamos formando a artistas en el flamenco desde 1993. Ven a conocernos y no habrá palo que se te resista. Tu formación flamenca comienza con nosotros. ¡Compás!»

Al tango lo hemos citado antes y es que es otro de los palos más populares. Su origen baila entre el afrocubano y el americano. Al igual que la bulería, es un palo festero y muy bailable. Tiene muchas variantes, destacando los tangos de Granada, Cádiz, Triana, Jerez y Málaga. Cuando el tango es lentito se le denomina tiento.

Cerramos con la seguiriya, repleta de carga sentimental. La temática suele ser de tristeza y dolor. El barrio sevillano de Triana y Jerez de la Frontera, en Cádiz, son sus máximos exponentes. Es posible que junto a la soleá sea lo más cercano al cante jondo más puro. Su baile es solemne sin florituras. ¡Todo lo contrario a las sevillanas! El palo más popular de todos cuyo baile es conocido en todo el planeta.

En Artes Escénicas Rebollar llevamos formando a artistas en el flamenco desde 1993. Ven a conocernos y no habrá palo que se te resista. Tu formación flamenca comienza con nosotros. ¡Compás!

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